La Pasta en nuestra vida
La Pasta en nuestra vida.
Durante generaciones, la pasta ha sido una parte de las tradiciones familiares de las noches durante la semana de vacaciones, comidas y fiestas. De abundante lasaña a delicada ensalada de pasta, las posibilidades de elaboración son infinitas.
La pasta es muy baja en sodio y las pastas enriquecidas ofrecen una excelente fuente de ácido fólico y una buena fuente de otros nutrientes esenciales, incluyendo el hierro y varias vitaminas B. También, como un alimento que es bajo en el índice glucémico (IG) - los alimentos con IG bajo se digieren más lentamente - la pasta proporciona una liberación lenta de la energía, sin aumentar los niveles de azúcar en la sangre.
Algunas variedades de pastas pueden proporcionar hasta un 25% de las necesidades diarias de fibra en cada porción de una taza. En la actualidad existen más opciones que nunca para los consumidores a disfrutar de comidas saludables y económicas. A toda la familia le encantará.
Alimento ecológico y dietético
Alimento ecológico y dietético.
Descalificada durante mucho tiempo con la famosa frase: "las pastas engorda", la pasta ha sido hoy revalorizada como un excelente alimento que cubre un amplio espectro de posibilidades nutricionales. Nacidas a partir de un recurso fácilmente renovable como es el trigo, su fabricación no genera desechos que no sean aprovechables, admite (en el caso de la pasta secada en casa) su conservación por largos períodos sin necesidad de costosos procesos técnicos como el frío. Aún mucho más tiempo que en el freezer. Desde un punto de vista de la composición química, por cada 100 gramos, hay 75 % de hidratos de carbono, 13% de proteínas y 1% de grasa. Además, hay fibra, sodio, calcio, hierro, fósforo, potasio, vitamina B1, vitamina B2 y niacina.
La mayor riqueza de las pastas son los hidratos de carbono, el aporte de proteínas es el gluten. El gluten es la proteína de la pasta. En realidad en la harina de trigo existen dos proteínas: la gliadina y la glutenina. El agregado de agua y el amasado hacen que aquellas dos proteínas se unan y formen el gluten. Este elemento es el responsable de la consistencia y elasticidad de la masa que no se da con otras harinas.
En cuanto, a las grasas, las pastas no contiene colesterol, ni triglicéridos. Además, los aceites vegetales que se utilizan en las salsas disminuyen el colesterol y en el caso particular del aceite de oliva.Otra de las ventajas que tiene la pasta, es que son fácilmente digeribles y por su consistencia y su neutralidad están especialmente indicadas cuando hace falta un régimen blando. En la actividad física, quienes realizan deportes intensos y sobre todo competitivos, suelen consumir grandes cantidades de pastas antes de las competencias, porque son la fuente más importante y prolongada de energía.
Cargaron con la culpa de ser hipercalóricas y el plato prohibido de los que estaban a dieta. Reivindicadas y con justicia, hoy se instalan con gloria en menús light y energéticos.100 gramos de spaghetti, con una cucharada de aceite de oliva y otra de queso parmigiano rallado, tienen 250 calorías (el equivalente a dos yogures). ¿De quién era la culpa? De la salsa. Fue mérito de la dieta mediterránea desmitificarlas: si se acompañan con verduras, pescados y salsas sin frituras, las pastas NO ENGORDAN
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